martes, 22 de marzo de 2011
no hables, quiero escuchar tu silencio.
Tanto que contar, y tan pocas palabras para expresarlo, tan pocas que a veces solo es necesario el silencio. El silencio que lo dice todo sin pronunciar una silaba, el que no dice nada pero aporta esa confianza inmensa. Solo ese silencio puede demostrarte que la personas con la que lo estas compartiendo es sin duda alguna aquella que te entiende cuando no dices nada, la que te apoya aunque la carretera que cojas no tenga salida, la que te presta su mano para ayudarte a levantarte. Hablamos todos los días, demasiado, rompiendo ese silencio que esta deseando contarnos mil historias sin apenas desgarrar el precioso sonido de la naturaleza. Hablamos intentando no escuchar lo que de verdad importa, todo aquello que no hace ruido. Lo que a nuestros oídos resulta indiferente.
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