domingo, 27 de febrero de 2011

¿Deseos? No, gracias.

Al saludar, un hola mi amor y una sonrisa. Para despedir, un beso y una sonrisa. Esa es la sonrisa que marca el principio y el fin. El principio de todo lo bueno y el fin de lo malo. Esa sonrisa es más hermosa que una noche estrellada, más valiosa que el mayor tesoro escondido bajo tierra. Desee verla día tras día. Desee que nadie la rompiese. Desee ser el motivo de ella. Desee muchas cosas, algunas se cumplieron y otras no. Pero ahora ya no necesito más deseos, mi genio ha cumplido mis tres deseos primordiales. Verla día tras día, que nadie la rompiese, y ser el motivo de ella.

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